jueves, 18 de diciembre de 2014


Hay clases

Recuerdos de un profesor amigo...


Hay clases que huelen a balón de baloncesto,
y otras que huelen a miel y granadas.
Hay clases que tienen olor añejo,
hay aulas que huelen cansadas.

Hay sitios que desprenden tristeza,
apatía y silencio, hay gente, hay niños,
pero no huelen a casi, casi nada.

Hay clases, gente, muchachos,
que desprenden olor a vida,
a almizcle rico, a sudor y ganas.
Hay clases que huelen,
y otras no huelen a nada.

Hay aulas donde siempre es primavera
y lugares que mendigan el sol
como si nunca un hogar hubiera.

Hay aulas que brillan aunque no haya focos,
aunque estén oscuras y amplias.
Son porque están ahí, mirando, calladas,
soportando las palabras de nosotros.

Hay aulas que dicen y hablan,
hay gente que habita,
hay niños que abrazan,
y hay otros que evitan.

Sin embargo,
no hay clases, lugares, salas,
no hay sitios, espacios, aulas.
Hay sólo muchachos y niños,
hay vidas, hay almas.
A veces en pie, a veces apagadas,
pero siempre, siempre llenas de alas.


Ojalá nosotros sepamos despertarlas.

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