jueves, 27 de agosto de 2015



Si ya yo tuviera...


Si ya yo tuviera la fuerza entera,
y si mi corazón como un enjambre
no supiese qué significa el hambre
y si yo nunca en mí la fe perdiera.

Si ya todos mis muros estuvieran
terminados sin rastros de celambre,
si fueran esculpidos mis estambres
como está tallada en velas la cera

nunca podría mostrarme vulnerable,
ni yo sería humano, ni entendería
qué es esto de ir viviendo y ser amable

con cada otro que camina, admirable,
cada otro, su dolor y su alegría.

Sería un corazón abominable.

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