viernes, 12 de junio de 2015

Nuestro grito, un arma

15M de palabras olvidadas...
Hay un grito de esperanza,
con paso firme y decidido
el pueblo al fin avanza
a forjar juntos un camino.

Su grito será su arma,
no habrá golpes ni heridos,
su bandera serán sus palmas
tendidas a todos, al distinto.

Que el viento llegue hasta las casas
de los pobres, de los ricos,
y que en todas -todas- las ventanas
haya pan, justicia, y vino.

Se acabaron ya las trampas
de los bancos y políticos,
a partir de ahora las cartas
no vivirán en sus bolsillos.

La fuerza está ya en pie y bien alta,
es nuestra, y mientras viva
la llevaremos por las calles y las plazas,
la llevaremos hasta el fondo de las cimas.

Nuestros corazones como llamas
son hogueras que hoy les gritan,
que jadean, que pelean, sueñan y aman,
y no cejarán en su empeño ni dormidas.

Serán en nuestras manos alma
las quejas de este pueblo que crepita,
seremos portadores de acamparlas
hasta que los grandes las reciban.

No; esto por ahora no se acaba.
El sueño ha comenzado y no termina,
que hemos descubierto nuestra garra
y somos, entre todos, fuerza viva.

Al fin, la realidad, tiembla y habla,
antes parecía como dormida.
Los que tienen el poder callan,
tienen miedo, y su credibilidad perdida.

Ahora la voz está en las plazas,
ya no hay silencio en las esquinas,
el pueblo entero clama y lanza
su credo, sus pasiones, sin mentiras.

Aquí están, aquí, plantadas,
como roca firme, estas semillas,
que preñadas de presente y esperanza
serán nuestros puñales de caricias.

Si hay realidad es para cambiarla,
para dejar las viejas fantasías
de que unos pocos puedan gozarla
y muchos tengan que sufrirla.

Aquí está nuestro grito: la palabra,
el diálogo, el respeto, mano tendida,
no hay mejores ni peores, todos hablan,
esta es nuestra revolución: la vida.

Que no callen nuestras armas,
que no perdamos la saliva,
que las asambleas todas cantan
lo que en el corazón ardía.


Vamos juntos: ¡ARRIBA!

lunes, 1 de junio de 2015

YO SOY EL POR SI ACASO

Yo soy el por si acaso de tus huesos,
y el ahora mismo de tu amor,
el pilar que sujeta el viento
de la aurora en tu canción.

Yo soy el hasta siempre de tu adiós,
el flautista que ahuyenta el miedo,
el canapé de tu almohadón,
y la risa en tus silencios.

Soy el que te llama, ciego,
el asombro de tu don,
lo nuevo del intento,
y el aire de la flor.

Soy la sal del sentimiento,
la brisa en tu calor,
la paz del siempre preso
y el grito del sabor.

Yo soy el ahora nunca del regreso,
el que el lamento revolvió,
el casi siempre de tus besos,
y la piel de tu candor.

Yo soy el esqueleto de tus sueños,
el casi nunca de tu adiós.
los mil ahoras de tus dedos,
las mil palabras del Señor.

Yo soy el que mirando veo
de tu interior en mi interior,
y no seré nunca tu dueño,
ya sé que soy un ruiseñor.

Yo soy cantando el viejo
que oye aún su corazón.
Yo soy cazando versos

el aquí y ahora de esta voz.