martes, 31 de julio de 2018




OFICIO ESPERANZA
A mis hermanos, los poetas

Ya no dicen nada de Neruda,
los poetas cantan,
y lo hacen, sobre todo, a la negrura,
no hay paz ni esperanza,
hubo una guerra de derrotas,
fue la victoria de la nada,
que llenaron todo verso de tristeza,
hay públicos llorando y gritan
miserias desde un micro,
aplaudimos la tristeza como un credo,
tan acostumbrados estamos al silencio.

Yo también conocí la muerte,
ese hedor cómodo de no ser,
el roce de la nada golpeando
contra el vórtice y la rendija
por donde el aire pasa pero no dice,
sé muy bien lo que es dormirse
esperando a que llegue un mañana,
y que amanezcan pasados
pesados como losas en mi cama.

No queda sitio para tantos vuestros
bajo el abrigo largo de Pizarnik,
ni siquiera unas palabras
de Baudelaire os sirven aquí,
ni la más profunda negrura de Poe
o lo oscuro impenetrable borgiano,
Nietzsche a vuestros pies canta
que tuvo merecido tanto esfuerzo,
al fin tuvieron eco sus palabras:
Nada. Nada. Nada.

Grita Zaratrustra resucitado
versos negros sin ventanas,
no sé quién de vosotros, patria,
ha enterrado, con sus besos,
la esperanza.

Callad ya la mala llama,
afuera, en la negrura,
están, opacas, las balas,
los versos de la muerte
que no entran en mi casa.

Poeta, abandona la negrura,
que lo nuestro, sin remedio,
es oficio de palabras
que ponen siempre en pie,
que de lo oscuro -existiendo- luces sacan,
que aportan vida y fe.

Lo nuestro es lo nuestro.
            Nuestro oficio:
            La Esperanza.

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